martes, 21 de junio de 2011

Un video para reflexionar

Recursos Educativos


En esta entrada comparto con ustedes un tutorial que les será de ayuda a la hora de elaborar una web docente. ¿Qué es con web docente?

Según Fernando Mur y Carlos Serrano una web docente es:

"Es un sitio web que ayuda a los alumnos a alcanzar unos objetivos pedagógicos, para que al terminar su visita hayan incorporado determinados conceptos, manejen con soltura ciertos procedimientos y hayan adquirido o afianzado ciertas actitudes"

Pensemos en la web docente como un recurso pedagógico que nos permitirá mediar los contenidos, interactuar y acercarnos mas a la realidad de nuestros alumnos.

¡Espero que sea de utilidad para su labor!

martes, 26 de abril de 2011



REPENSAR EL APRENDIZAJE EN LA ERA DE LA CULTURA DIGITAL.


Es común escuchar que la tecnología está transformando a la educación de manera fundamental. Se dice que desafía las definiciones existentes de conocimiento, ofrece nuevos modos de motivar a los alumnos y promete oportunidades infinitas para la creatividad y la innovación. Hay una larga historia de estos planteos grandilocuentes: por eje defensores tempranos del uso del cine y la TV en la educación hicieron iguales pronósticos fantásticos de que estos medios traerían cambios profundos en el aprendizaje .Llegaron a decir, incluso, que la escuela se iba a volver redundante e innecesaria.El impulso actual de incluir computadoras en las aulas viene, sobre todo, de las compañías comerciales que buscan nuevos mercados para sus productos, y de gobiernos que están casi desesperados por resolver lo que ellos consideran que son los problemas de la educación pública.Ambos adhieren a una especie de determinismo tecnológico y creen en el poder avasallador de la tecnología. Esto, a su vez da una visión instrumental del rol de la tecnología en la educción, como si fuera un mecanismo neutral para distribuir información, y la información es considerada como una especie de objeto des corporizado, que existe más allá de los intereses humanos o sociales. Esto lleva a un cierto descuido de cuestiones educativas básicas, no solo sobre cómo enseñemos con tecnología, sino también sobre lo que los niños y niñas necesitan saber sobre ella.A pesar de los planteos comerciales, hay un cuerpo creciente de investigaciones que sugieren que el impacto de la tecnología en la práctica docente cotidiana es bastante limitado. Muchos docentes resisten el uso de tecnología, no solo porque son anticuados o ignorantes sino porque reconocen que no les ayuda a alcanzar sus objetivos. Hay poca evidencia convincente de que el uso de la tecnología en sí mismo mejora los logros de los estudiantes. Por supuesto algunos docentes usan la a tecnología de maneras muy creativas y lúcidas; pero la mayoría de los usos escolares de la tecnología son estrechos, poco imaginativos e instrumentales.Cuando se plantean estos argumentaos, los defensores de la tecnología tienden a decir que todavía es temprano para decir un diagnóstico, y que el cambio real y duradero está de vuelta de la esquina. Sin embargo, la tecnología digital ya está en las escuelas desde hace un cuarto de siglo: la revolución prometida no ocurrió, y hay pocas razones para creer que vaya a ocurrir pronto. Pese a todo eso, mi posición no es la de un oposición frontal al la tecnología. Creo que hay una polarización poco feliz en el debate popular entre los entusiastas ingenuos y confiados m que ven a la tecnología como la salvación de la educción; y los pesimistas sombríos que creen que vamos camino al infierno tecnológico. Es tiempo de buscar otro tipo de aproximación.Uno de mis intereses principales como educador en temas de medios es la relación entre las culturas y prácticas de los niños fuera y dentro de la escuela. En relación con la tecnología digital, hay una distancia cada vez más significativa –y quizás creciente- entre lo que los chicos hacen en la escuela o lo que hacen en su “tiempo de ocio” .Esto es lo que llamo la nueva brecha digital. A pesar de la inversión masiva en tecnología en las escuelas y del gran entusiasmo que la acompañó, la mayor parte de lo que sucede en la educación no ha sido tocada por este impulso. El problema es que , fuera de la escuela, los niños viven infancias saturadas por los medios , con cada vez mas acceso independiente a ellos , en el contexto de una cultura mediática cada vez más diversa y cada vez más comercial que muchos adultos encuentran difícil de comprender y de controlar.No quiero sugerir que la vieja brecha digital entre ricos y pobres has sido superada. Por el contrario, hay todavía desigualdades muy importantes ene l acceso a la tecnología y en sus habilidades y competencias que se requieren para usarla estas son desigualdades que las escuelas las deben tender sin lugar a dudas. Más todavía, creo que debemos desconfiar con lar teórica fácil que habla de una “supuesta generación digital”, que plantea que todos los jóvenes están comunicándose en línea todo el tiempo y, que solo por ser jóvenes, tienen una afinidad espontánea con la tecnología que la gente adulta no posee. Sin embargo, cuando se observa que a hacen los chicos con esta tecnología fuera de la escuela, es evidente que es, sobre todo un medio para la cultura popular. Los niños que tienen acceso a computadoras en sus casas la usan para jugar videojuegos, navegar por internet, enviarse mensajes instantáneos, hacer redes sociales, y bajar y editar música y videos. Salvo para hacer algunas tareas escolares, muy pocos niños hoy usan la tecnología para algo que se aparezca al aprendizaje escolar.En contraste, lo que se hace con la tecnología en las escuelas es muy limitada. La materia “TICS” incluye básicamente procesadores de texto, hojas de cálculos y administración de archivos. Podría decirse que este es curriculum del Micosoft Office. Este curriculum ofrece poco más que un entrenamiento descontextualizado en habilidades funcionales. No quiero decir que estas habilidades no sean importantes para algunas personas en cierto momento de sus vidas, pero creo que hay que debatir si es necesario – o si es un buen uso de los recursos que los niños sean formados en estos contenidos dentro de la escuela.Muchas investigaciones muestran que los chicos consideran que el uso de las tecnologías en la escuela es aburrido y poco imaginativo. Algunos están resignados y lo consideran un hecho inevitable de la vida, pero otros se “desenganchan” efectivamente y otros la resisten en forma activa. Para los que son usuarios de medios o avanzados, el uso de las tecnologías en la escuela es considerado irrelevante. Esto no debería sorprendernos: históricamente la escuela ha sido caracterizada como un rechazo a la cultura popular de los estudiantes. En esta dirección, lo que llamo “la nueva brecha digital” solo refleja la disyunción histórica más amplia entre las culturas escolares y a la cultura cotidiana de los jóvenes.

Por David Buckingham